En este blog te hablaremos de la suplementación nutricional en el embarazo y la lactancia; sus características espécificas y recomendaciones.
En la actualidad, parece muy obvio comentar que las mujeres deben cuidar su alimentación durante el embarazo; sin embargo, existen muchos casos en que, por diversas circunstancias, esto no se cumple. Desde hace mucho la ciencia médica sabe que es muy importante, tanto para la madre como para el bebé, que durante esta etapa se lleve a cabo una buena alimentación. Esto también aplica para el periodo de lactancia.
En este sentido, de dicha alimentación depende que el desarrollo posterior del bebé sea el adecuado y la madre se encuentre en buenas condiciones de salud, tanto para el parto, como para el periodo de lactancia. Por eso, debe acudir al médico con regularidad para checar constantemente su estado de salud.
Es importante que la madre acuda a chequeos médicos de manera regular para monitorear su estado de salud y conocer si tiene sobrepeso, hipertensión arterial, diabetes, problemas con la tiroides o alguna otra condición que pueda poner en riesgo el embarazo y requiera cuidados especiales o suplementación nutricional específica.
¿Cómo debe ser una buena alimentación durante el embarazo y la lactancia?
Según la UNICEF, existen algunos factores de riesgo en las embarazadas que requieren de una alimentación específica. Por ejemplo, en el caso de las mujeres a las que se les detecta desnutrición deben tener una dieta con suficientes frutas, vegetales y proteínas; también, con legumbres y cereales. Por el contrario, deben evitar tomar alcohol o fumar, ya que se puede afectar el desarrollo del bebé.
Por consiguiente, de forma general, para que durante el embarazo se tenga una buena alimentación, se deben seguir las siguientes recomendaciones:
- Comer proteínas, al menos tres veces al día. Éstas son necesarias para construir el cerebro, los músculos, los huesos y ayudan a mejor el sistema inmunológico. Además, por si fuera poco, ayudan con el desarrollo de la placenta.
- Comer vegetales y frutas al menos tres veces al día. Esto es así porque dichos alimentos dotan de minerales, vitaminas y fibras que son necesarias para que el organismo funcione de forma correcta.
- Comer alimentos con carbohidratos máximo dos veces al día. Durante estas etapas es necesario reducir la ingesta de los productos que los contengan, no te dejes llevar por el dicho: “cuando estás embarazada debes comer por dos”.
- Consumir grasas y azúcares máximo una vez al día. Hay que disminuir o evitar este tipo de comida, porque la cantidad de nutrientes que aportan es mínima y puede provocar que la madre suba mucho de peso y ocasionar problemas posteriores de salud.
- Se debe comer alimento variado y saludable.
- Consumir todo tipo de nutrientes.
Si sigues estas recomendaciones es muy probable que no presentes problemas durante el embarazo o la lactancia, sin embargo, además de la buena alimentación es necesaria una buena suplementación nutricional.
Suplementación durante el embarazo
La suplementación en el embarazo tiene diversos objetivos:
- Corrige el déficit específico de nutrimentos.
- Ayuda a disminuir el riesgo de algunas enfermedades.
- Favorece la mejora del estado de salud de la madre y el bebé.
Durante el periodo de embarazo, en el cuerpo de la futura madre, se producen adaptaciones fisiológicas y metabólicas que ayudan a compensar las necesidades que aumentan (como al momento de generar nuevas estructuras en embrión) y así aprovechar los nutrimentos.
En este sentido, el feto también requiere de diversos nutrimentos para que su desarrollo se lleve a cabo de forma adecuada. Si existen deficiencias en el consumo de éstos, el embarazo puede descender en mayores complicaciones tanto para la madre como para el producto. Por eso, en estos casos, es muy importante reforzar la alimentación con los siguientes suplementos:
Hierro
El hierro, entre otros, es necesario para el mantenimiento de la placenta y el cordón umbilical, sin embargo, también ayuda a prevenir condiciones de riesgo durante el embarazo.
Según un estudio de Rosa María Martínez García (2016) “se estima que más del 40% de las mujeres embarazadas sufren anemia ferropénica. La deficiencia de hierro durante la gestación se ha relacionado con prematuridad, bajo peso al nacer, menor desarrollo físico y neurológico de los recién nacidos, enfermedades infecciosas y aumento de la mortalidad perinatal” (p. 5).
Folatos
Este elemento es necesario para prevenir partos pretérminos, bajo peso del recién nacido, mal formaciones congénitas, etcétera. También es recomendable que las mujeres en edad reproductiva lo consuman, al menos tres meses antes de embarazarse.
Calcio
Debido al embarazo, el metabolismo se altera, pues el nivel de calcio desciende, por lo que es importante mantenerlo con suplementación adicional.
Yodo
Tanto las mujeres gestantes como las lactantes pueden presentar deficiencias de Yodo, este mineral es importante porque ayuda a sintetizar las hormonas tiroideas.
Ácidos grasos poliinsaturados
Son necesarios para el desarrollo del feto, sobre todo, durante el tercer trimestre del embarazo. Esto es debido a que los fetos humanos tienen una capacidad muy limitada para sintetizar el DHA (ácido docosahexaenoico por sus siglas en inglés), por eso, esto tiene que venir de origen materno. En este caso, es adecuada la ingesta de la combinación de EPA, DHA y se puede complementar con ácido graso omega-3 para enriquecer los tejidos neuronales.
Suplementación durante la lactancia
Durante los primeros 4 a 6 meses de vida existe un alimento ideal para el recién nacido: la leche materna. Esto es así porque este tipo de leche tiene más de 200 componentes, mismos que ayudan a cubrir las necesidades nutricionales del bebé. Este alimento ayuda a que su crecimiento sea adecuado y funciona como barrera para detener diversas enfermedades que se podrían presentar en la edad adulta.
Asimismo, el aumento de los requerimientos nutricionales se acrecienta durante el periodo de lactancia, ya que no solamente ayuda a la recuperación de la madre después del parto, también, a mantener sano al bebé. Por eso, continuar con la suplementación que se tenía en el embarazo es necesario, además de cuidar la ingesta de diferentes vitaminas y minerales:
Vitaminas
- Vitamina A: Ayuda a evitar infecciones respiratorias, lesiones corneales, ceguera y diarreas.
- Vitamina E: Sirve como agente antioxidante para prevenir anemia o enfermedades pulmonares.
- Vitamina C: Tiene un importante rol en el crecimiento y reparación de los tejidos del cuerpo, así como mejorar el sistema inmune.
Minerales
- Calcio: Durante la lactancia hay que asegurar que se adquiera el aporte suficiente, ya que la leche materna contiene gran cantidad de este mineral y la madre puede descalcificarse.
- Zinc: Si existen deficiencias de este elemento en la leche materna el crecimiento del neonato será más lento.
- Yodo: Su carencia puede provocar en el infante trastornos del desarrollo físico y mental.
Conclusión
Como pudimos ver hasta aquí, durante el embarazo y la lactancia, debe existir una buena y variada alimentación. La madre debe consumir proteínas, carbohidratos, vegetales, grasas y azúcares. Sin embargo, también es necesaria una buena suplementación para proteger la salud, además de asegurar un desarrollo adecuado del bebé y la recuperación de la madre.
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L.N. Antonio González
Director General
Bibliografía
Unicef. “Alimentación de embarazadas y madres lactantes”, República Dominicana. https://www.unicef.org/dominicanrepublic/media/6011/file/Alimentaci%C3%B3n%20de%20embarazadas%20y%20madres%20lactantes%20-%20PUBLICACI%C3%93N.pdf (17 de marzo del 2023).
de Rosa María Martínez García, et. al. (2016). «Suplementos en gestación: últimas recomendaciones». Departamento de Nutrición. Facultad de Farmacia. Universidad Complutense de Madrid. Madrid. Nutrición hospitalaria 33(Supl. 4):3-7, pp. 3-7.