Trastorno de la conducta alimentaria: tratamiento bajo un enfoque preventivo

En el mundo actual, existen varios tipos de enfermedades mentales que se asocian al ritmo de vida y a las exigencias que existen; se exige que las personas trabajen duro, tengan una vida social y familiar activa, además de darse tiempo para mantenerse ejercitados. Todo esto, y más motivos, puede ejercer una gran presión y generar trastornos alimenticios; mismos que pueden hacer sentir a las personas que su cuerpo es como una jaula.

Este sentimiento de percibir el cuerpo como un lugar de encierro, se puede observar en la película The whale (La ballena en español). En esta, un profesor de literatura sufre de obesidad mórbida a causa de un trastorno (algunos lo denominan “trastorno por atracón”) provocado por la ansiedad y depresión que sufre después del suicidio de su novio.  Si bien esta historia en particular tiene toques de ficción, los sentimientos y preocupaciones del personaje pueden ser experimentados por las personas reales.

La mayor parte de los trastornos de la conducta alimentaria tienen como características ideas fijas, que se presentan en exceso, sobre el cuerpo. En consecuencia, pueden repercutir en las capacidades del cuerpo para tener una nutrición adecuada.

¿Qué es un trastorno de la conducta alimentaria?

Dicho de manera muy general, las personas que presentan estos Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) tienen una conducta alterada en sus hábitos alimenticios: ya sea en la ingesta de alimentos o en la falta de ésta. También tiene que ver con factores psicosociales, es decir, cómo las personas perciben sus propios cuerpos.

Dicho de otra forma, “los trastornos de la conducta alimentaria se definen como alteraciones específicas y severas en la ingesta de los alimentos, observadas en personas que presentan patrones distorsionados en el acto de comer y que se caracterizan, bien sea por comer en exceso o por dejar de hacerlo; lo anterior en respuesta a un impulso psíquico y no por una necesidad metabólica o biológica” (Méndez, et., al., p. 580).   

Como se mencionó antes, en la actualidad, los trastornos de la conducta alimentaria cada día son más frecuentes y esto genera problemas no solo a quienes los padecen, sino también, a aquellos que los rodean. Existen poblaciones que representan un alto riesgo de padecer este tipo de afecciones:

  • “[…] mujeres jóvenes y adolescentes de países desarrollados o en vías de desarrollo. En esta población se ha producido un incremento de dos a cinco veces en las cifras de prevalencia de TCA en las últimas tres décadas […]. Los TCA constituyen hoy la tercera enfermedad crónica entre la población femenina adolescente y juvenil en las sociedades desarrolladas y occidentalizadas” (Raich Scursell, pp. 131-132).
  • Aunque la cantidad de mujeres que presentan este tipo de patologías es mayor, también se presenta en hombres, los últimos años la cifra de hombres que tienen algún TCA ha aumentado

Tipos de trastornos de la conducta alimentaria

En la actualidad, existen varias categorizaciones para combatir y prevenir este tipo de trastornos. Sin embargo, la ciencia médica ha clasificado y aceptado sólo dos tipos: anorexia nerviosa y bulimia nerviosa. No obstante, existen otros tipos que no han sido bien especificados y clasificados (algunos se pueden ver como síntomas de los dos anteriores).  

Anorexia nerviosa

  1. Miedo a subir de peso; aunque el paciente no tenga problemas de peso, su percepción de la realidad no lo deja ver esto.
  2. Alteración en la figura; la persona exagera la autoevaluación de ésta, pues se busca la extrema delgadez, aunque esto representen un problema de salud.
  3. Se pierde por lo menos el 25% del peso que originalmente se tenía.
  4. El paciente se niega a mantener un peso corporal saludable, por encima del mínimo.
  5. Se autoinduce la pérdida de peso; con laxantes, vomitando (tipo compulsivo-purgativo) o exceso de actividad física y ayunos (tipo restrictivo).

Bulimia nerviosa

  1. El paciente tiene periodos frecuentes donde ingiere una cantidad excesiva de alimentos en un corto periodo o no se puede controlar durante la alimentación.
  2. Frecuencia de episodios de voracidad cada semana durante 3 meses.
  3. Su autoevaluación corporal es influida por la forma de su cuerpo y el peso que tiene.
  4. Conducta compensatoria purgativa: se induce el vómito; se usan laxantes o diuréticos.
  5. Conducta compensatoria no purgativa: ayunos frecuentes, exceso de ejercicio hasta la extenuación.

Factores físicos y psicológicos

En la actualidad, no queda claro cuáles son los factores que llegan a desencadenar este tipo de afecciones. Lo que se sabe es que sus causas son multifactoriales, que se combinan y acumulan en ambientes diversos y en momentos particulares en el desarrollo de las personas. En este sentido influyen el entorno familiar, social y cultural; además de la vulnerabilidad en la constitución física de la persona.

Factores físicos

  • Predisposición genética a presentar sobrepeso.
  • Alteraciones en los neurotransmisores del sistema nervioso central.
  • Variaciones en el funcionamiento del hipotálamo en torno a los circuitos que regulan la recompensa, motivación, emoción y estrés.
  • Algunos genes que influyen en la alimentación, el apetito y el estado de ánimo.
  • Factores neurológicos.

Factores Psicológicos

  • La ansiedad constante por la autopercepción física.
  • Dificultades para expresar las emociones.
  • Baja autoestima, muchas veces influenciada por el peso, la figura o el tipo de alimentación.
  • Necesidad obsesiva de control, lo que lleva a acciones compulsivas.
  • Influencia de las actitudes de los padres y las estructuras familiares.
  • Percepción imprecisa sobre los alimentos; se les ve como peligrosos.
  • Problemas emocionales de todo tipo.

Tratamiento bajo un enfoque preventivo

Este tipo de patologías se pueden detectar antes de ser diagnosticadas, pues presentan distintas señales:

  • En el caso de la anorexia, reducción excesiva de peso.
  • Aunque se hacen en secreto, en la bulimia se puede observar atracones continuos de comida.
  • Vómitos autoinducidos y constantes; se detectan si existe pérdida del esmalte de los dientes; heridas en las articulaciones dentro de las falanges de los dedos (pues se usan para provocar el vómito).
  • Se aíslan socialmente: son irritables o se sienten culpables.
  • Persiste la inestabilidad emocional como la ansiedad y la impulsividad.
  • Se preocupan de forma permanente por el peso (muchas veces se extiende al entorno social).
  • Suelen presentar un alto rendimiento escolar o profesional, sin embargo, se contrapone con desajustes sociales y sexuales.

¿Qué tipo de alimentación ayuda a prevenirlos?

  • Fomentar una alimentación saludable.
  • Promover la realización de ejercicio físico moderado.
  • Evitar que se realicen dietas excesivas.
  • No hacer mucho énfasis en el peso y la figura corporal.
  • Comer, de preferencia, en familia y que ese momento no sea conflictivo.
  • Ayudar a construir una autoestima adecuada.

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Conclusiones

Como se puede apreciar en este artículo, si bien se pueden identificar varios trastornos de la conducta alimenticia, los científicos tienen clasificados dos: la anorexia y la bulimia. Estas se presentan por situaciones multifactoriales, tanto físicas como psicológicas. 

Poner atención es necesario, pues este tipo de patologías acarrean distintas problemáticas, se presenta un grado elevado de comorbilidad, lo cual puede generar complicaciones cardiacas o en el aparato digestivo; problemas óseos, debilidad en los dientes, afecciones en la boca y derivar en diversas enfermedades. Por eso, es importante detectar los síntomas a tiempo y llevar una buena alimentación combinada con la suplementación nutricional.

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L.N. Antonio González

Directos General de Human System

Bibliografía

Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (2004). Guía de transtornos alimenticios. México (accesos 28 de marzo de 2023). Disponible en: www.salud.gob.mx/unidades/cdi/documentos/DOCSAL7598.pdf

Pascual Aitziber et., al. (2011). “Las variables emocionales como factores de riesgo de los trastornos de la conducta alimentaria” en International Journal of Clinical and Healt Psychology, 11:2. España, pp. 229-247.

Vargas Baldares, María Jesús (2013). “Trastornos de la conducta alimentaria”, en Revista médica de Costa Rica y Centro América, LXX: 607. Costa Rica, pp. 475-482.

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