El entrenamiento y el ejercicio son necesarios para mantenernos saludables. Hacer deportes, ir al gimnasio y tener una buena suplementación es una buena forma de conseguirlo tanto para hombres como para mujeres. En el caso de estas últimas, el entrenamiento las ayuda a incrementar el metabolismo, reducir el porcentaje de grasa en el cuerpo, tener mayor energía durante el día; les proporciona un aumento de la confianza y, por su fuera poco, disminuye el riesgo de padecer algunas enfermedades.
Una buena nutrición, cuando realizamos este tipo de actividades, también es necesaria. Esto es así porque la función de la nutrición, entre otros aspectos, es mantener fuertes y sanos nuestros cuerpos. Gracias a esta, el desgaste en el ejercicio es mucho menor y nuestro rendimiento al entrenar será más efectivo. A veces, se tiene la falsa creencia de que el entrenamiento con pesas no es para mujeres, pero, en realidad, esto es sólo un mito.
Sin embargo, existen situaciones en las que el entrenamiento y la nutrición no se pueden ejercer de forma “normal”. Esto sucede, sobre todo, cuando existen diversas condiciones físicas y fisiológicas que lo impiden. Por supuesto, esto aplica más cuando padecemos algún tipo de patología. Por eso, en este artículo, te hablaremos de una situación específica: la nutrición para el entrenamiento en mujeres que tienen el Síndrome de Ovario Poliquístico.
¿Qué es el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP)?
El síndrome del ovario poliquístico (SOP) es una afección presentada por algunas mujeres con cambios en los niveles hormonales (estrógenos, progesterona y en menor cantidad, en los andrógenos). El SOP está ligado a cambios que dificultan a los ovarios la liberación de óvulos maduros. Las razones no son claras y se pueden presentar muchos problemas como resultado de este padecimiento.
El 75% de las mujeres hirsutas (con crecimiento excesivo de vello) y en el 10% de las que están en la etapa premenopáusica presentan SOP. Además, debemos estar alertas a la presencia de algunos síntomas más como, por ejemplo, irregularidades menstruales, infertilidad, problemas cutáneos como acné, incluso, puede afectar a la resistencia a la insulina y, por lo tanto, existe el riesgo de generar diabetes. Generalmente cuando hay presencia de ese síndrome, los ovarios muestran un aumento de tamaño y quistes.
En cuanto a la alteración de los ciclos menstruales, suceden debido a que las mujeres con esta condición no liberan óvulos maduros en el momento adecuado (normalmente dos semanas antes de la menstruación). A causa de esto, los ciclos de ovulación puede que no se presenten cada mes y, en algunos casos, generar infertilidad.
Si notas algunos de los síntomas que aquí se mencionan, es recomendable que acudas con tu médico para que te dé un diagnóstico acertado y, en su defecto, puedas seguir un tratamiento.
Prevalencia del SOP
- La prevalencia de este tipo de enfermedad, es decir, los porcentajes de personas que lo padecen, varía según sea el lugar y el caso del cuál se esté hablando. En el mundo, la prevalencia de este síndrome está entre el 3 y el 21% de mujeres en edad fértil.
 - En México, entre el 6 y el 10% de mujeres padece esta patología; considerada el trastorno endócrino más frecuente en mujeres.
 
Comorbilidades asociadas
Antes, se consideraba que esta enfermedad sólo era reproductiva, sin embargo, hoy se sabe que esta afección puede traer consigo otras patologías, sobre todo, trastornos metabólicos:
- Resistencia a la insulina: disminuye la capacidad que tiene la insulina para impulsar la obtención de glucosa. Según la “Guía de práctica clínica” del IMSS, entre el 7.5 y el 10% de las pacientes con SOP desarrollan diabetes del denominado tipo 2. Asimismo, entre el 30 y 35% desarrollan intolerancia a la glucosa.
 - Presencia de obesidad: esta condición también se puede presentar con frecuencia debido a los desajustes hormonales que poseen las pacientes con SOP. Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social, las mujeres con esta patología tienen una incidencia de obesidad muy alta, más o menos entre el 50 y 75%.
 - Desarrollo de síndrome metabólico: esta patología puede referirse a varias afecciones, como, por ejemplo, obesidad, hipertensión, resistencia a la insulina, entre otras más. La prevalencia del síndrome metabólico en mujeres con SOP es de entre el 40 y 50%. Algo que cambia radicalmente en mujeres que no tiene SOP, pues se presenta entre el 5 y 10%.
 
Tratamiento en las mujeres con SOP (Nutrición y Entrenamiento)
Ya hemos visto los síntomas del síndrome de ovario poliquístico, cuál es su prevalencia y algunas de las comorbilidades que puede acarrear. Ahora, en esta parte, es necesario ver qué tratamiento no farmacológico se puede llevar a cabo, para apoyar el que nos recomiende el médico. Por esto, debemos tomar en cuenta los siguientes aspectos:
- Mediante terapias psicológicas se debe enfatizar la necesidad de tener una vida saludable.
 - Es necesario modificar el estilo de vida y, con esto, incluir una dieta determinada y ejercicio. Sobre todo, si debido al SOP, se desarrolló obesidad. Según las evidencias, las mujeres que disminuyen en un 5 a 10% su peso corporal puede mejorar en el ámbito psicológico, en la fertilidad, en las alteraciones metabólicas, etcétera.
 - En cuanto a la nutrición: “consiste en una dieta hipograsa de aproximadamente 20% de la energía, 10% de los ácidos grasos saturados, 15% de proteínas y 55% de hidrocarbonados, con mayor cantidad de fibra y cereales” (Tanit Huérfano, p. 74). En este sentido, la dieta debe consistir de 1200 a 1400 kcal al día durante 6 meses.
 - Disminuir el consumo de alimentos que aumentan la insulina en la sangre. En este sentido, una dieta baja en carbohidratos ayuda a este propósito.
 - Incorporar ejercicios moderados: estos se deben realizar al menos 30 minutos al día. Por ejemplo, entrenamiento aeróbico (correr, andar en bicicleta, ejercicios de saltos, etcétera).
 - También, el ejercicio de fuerza, o de gimnasio, es útil para ayudar a paliar los efectos adversos que produce el SOP. Sobre todo, las rutinas que contienen ejercicios hipertróficos (que ayudan a ganar masa muscular) como levantamiento de peso muerto, sentadillas con barras, press inclinado con mancuernas y un largo etcétera.
 - El ejercicio tipo Full Body: este tipo de entrenamiento es aquel que involucra todos los músculos en una sesión. Para ello, se seleccionan ejercicios multiarticulares, cómo los que se nombran en el punto anterior.
 - Y por último ejercicios HIIT, qué son los ejercicios interválicos de alta intensidad, excelentes para la quema de calorías por entrenamiento.
 
Conclusiones
Como vimos hasta aquí, el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) es una patología muy frecuente entre las mujeres adultas en edad reproductiva, tanto en México como en el mundo. Ésta afecta distintos aspectos de la salud femenina, como problemas menstruales, cutáneos, obesidad y, también, puede derivar en otras patologías como la diabetes y más. Por esto, además del tratamiento médico que se debe llevar a cabo para tratar dicha enfermedad, es necesario combinarlo con una dieta saludable y un entrenamiento adecuado.
La alimentación tiene que ser hipocalórica, incorporando grasas saludables y carbohidratos de un índice glucémico bajo (incorporando verduras verdes).
El entrenamiento tiene que diseñarse de acuerdo con 3 métodos como los son ejercicio cardiovascular, el ejercicio de fuerza Full Body y el ejercicio HIIT.
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L.N. Antonio González
Director General
Bibliografía
Armas, Rodríguez Robin (2020). Entrenamiento de la mujer con síndrome de ovario poliquístico. España. Universidad de Granada.
Instituto Mexicano del Seguro Social (2010). “Síndrome de ovario poliquístico: evidencias y recomendaciones”, en Guía Práctica Clínica GPC. México. Consultado en https://www.imss.gob.mx/sites/all/statics/guiasclinicas/000GER_OvariosPoliquisticos.pdf (1 de abril del 2023).
Sir P., Teresa, et., al. (2013). “Síndrome de ovario poliquístico: diagnóstico y manejo”, en Revista médica clínica Las Condes, 24:5. Chile.
Tanit Huérfano, María Ortiz (2016). “Tratamiento no farmacológico del síndrome de ovario poliquístico. Modificación del estilo de vida: ejercicio y nutrición”, en Revista venezolana de Endocrinología y Metabolismo, 76, pp. 74-75.
								